Opinión: Un pez gordo del terrorismo se escapó
La decisión de Holanda de devolver a Caracas a un ex director de la inteligencia militar de Venezuela que había sido detenido en Aruba, en vez de cumplir con un pedido de extradición del gobierno de Obama, es un golpe al prestigio de Estados Unidos.
También es un tremendo retroceso en la lucha contra el terrorismo en el continente americano.
En 2008, el Departamento del Tesoro de EE.UU. declaró a Hugo Carvajal Barrios como "capo" de las drogas por "ayudar materialmente a las actividades de tráfico de narcóticos" de las FARC, una organización terrorista de Colombia. El Tesoro asegura que no sólo protegía envíos de cocaína, sino que también entregaba armas y documentos oficiales de entrada y salida de Venezuela al grupo guerrillero.
Aun así, no es de sorprenderse que Holanda decidiera que sería menos costoso estar del lado de los malos que del lado de los buenos. Después de seis años de retroceso global de Obama, cualquier líder estaría loco si creyera que EE.UU. iría a jugarse el todo por un aliado, incluso uno que expuso su pellejo por el Tío Sam. Así que cuando Venezuela amenazó a las Antillas Holandesas con una retribución militar y económica si Carvajal era extraditado, el ministro de Relaciones Exteriores de Holanda cedió.
El Tesoro estadounidense a menudo distingue entre narcotráfico y terrorismo en América Latina, pero el currículum de Carvajal demuestra que los dos se han vuelto inseparables. El voraz apetito de los estadounidenses por las drogas ilegales ha permitido que actores políticos violentos formen poderosas organizaciones criminales transnacionales.
Hugo Chávez asumió el poder en 1999 y con el paso de los años Venezuela se convirtió en una ruta de tránsito, aprobada por el gobierno, de los envíos de cocaína colombiana con destino a EE.UU. La Guardia Nacional de Venezuela ahora es socia de las FARC y, tanto por razones financieras como ideológicas, asegura que la mercadería pase por su territorio sin problemas.
Las FARC son conocidas por sus masacres de civiles, secuestros y torturas de policías y por llenar las zonas rurales con minas antipersonales que mutilan a los campesinos. Todo este terror se lleva a cabo a nombre de la justicia social para los colombianos.
Los esfuerzos que Venezuela llevó a cabo para repatriar a Carvajal desde Aruba podrían confirmar cuánta información tiene él sobra la relación entre las FARC y Venezuela y quizás mucho más. Las FARC tienen un historial de lazos con el Ejército de la República Irlandesa (IRA por sus siglas en inglés) y el grupo separatista vasco ETA. Venezuela tiene lazos estrechos con Irán y expertos en seguridad han especulado por mucho tiempo que Hezbolá, que también recibe ayuda de Irán y opera por toda la región, ha convertido a Venezuela en un centro clave.
Carvajal participó en el golpe de estado de febrero de 1992 liderado por Chávez contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y fue un confidente del hombre fuerte castrista hasta su muerte en 2013. Ha sido acusado de narcotráfico en una corte federal en Florida y Nueva York. Pero el ex director de inteligencia militar, entre 2004 y 2011, también es considerado como responsable por hacer que Venezuela se convirtiera en un refugio para las FARC.
En 2007, un capitán y un cabo del ejército colombiano que seguían a las FARC en territorio venezolano fueron capturados por un departamento local de policía y entregados a la Guardia Nacional. En 2008, la revista colombiana Semana publicó una entrevista con un oficial no identificado de la Guardia Nacional que asegura haber estado de guardia en la guarnición a la que fueron llevados los soldados. Le dijo a la revista que Carvajal puso a un coronel "quien se encarga de torturar a los colombianos durante varios días. En algunos de los interrogatorios estuvo presente un guerrillero que nos dijeron era del ELN [el otro grupo guerrillero colombiano]".
Después de terminado el interrogatorio, según el oficial no identificado, Carvajal ordenó que fueran ejecutados. Cuando finalmente se devolvieron sus cuerpos a Colombia, era claro que habían sido torturados.
En julio y octubre de 2008, el Ejército de Colombia descubrió lanzacohetes antitanque de fabricación sueca, letales y fáciles de operar, en manos de las FARC. El Ejército rastreó los números de serie a compras hechas por parte del Ejército de Venezuela. Mensajes recuperados en computadoras incautadas cuando Colombia bombardeó el campo ecuatoriano del líder de las FARC Raúl Reyes ese mismo año indicaron que Carvajal fue el funcionario venezolano que puso las bazucas en manos de los terroristas.
En otras palabras, Carvajal es un pez gordo que está involucrado en asuntos mucho más peligrosos para la paz y la libertad del hemisferio que el narcotráfico. Sin embargo, cuando el gobierno de Obama tenía a este notorio criminal casi en sus manos, esperó a que el "proceso" se desarrollara, como si estuviera acusando a un boy scout de una invasión de propiedad privada, en vez de anticipar el siguiente movimiento del enemigo. Mientras tanto, Venezuela asustó tanto a Holanda que nuestro aliado de la OTAN le dio al prisionero la inmunidad diplomática que sólo días atrás los funcionarios judiciales de Aruba dijeron que no tenía.
Eso es guerra asimétrica. El fracaso a la hora de asegurar a Carvajal cuando se encontraba en custodia de Aruba genera amplias dudas de la capacidad de EE.UU. para entender ese concepto. Una nota para el presidente Obama: estos tipos quieren matarnos. En el futuro, por favor haga sus planes acorde a este hecho.
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