por admin » Jue Nov 20, 2014 9:01 pm
Los efectos económicos de las medidas migratorias de Obama
WASHINGTON—La medida del presidente Barack Obama de potencialmente ofrecer un estatus laboral legal a varios millones de inmigrantes indocumentados generará efectos impredecibles en la economía estadounidense, instigando a muchos a buscar trabajos con mejores salarios e intensificando la competencia por puestos en varios sectores, afirman los economistas.
Aquellos que estudian el potencial impacto de la orden ejecutiva del presidente apuntan a la Ley de Reforma y Control de Inmigración (IRCA, por sus siglas en inglés), que permitió que alrededor de 1,7 millones de inmigrantes indocumentados se convirtieran en residentes legales permanentes y alrededor de un millón de trabajadores agrícolas solicitaran un mayor nivel de estatus legal.
La ley de 1986, que tuvo un alcance legal mayor a la medida de Obama, tuvo un impacto en el mercado laboral casi inmediato, según la investigación del gobierno y estudios realizados por varios economistas, sociólogos y demógrafos.
Datos federales mostraron que los inmigrantes en trabajos de agricultura y ventas fueron los más propensos a trasladarse a trabajos mejor pagados en diferentes industrias.
Para cuando se naturalizaron a principios de los 1990, solo 4% de los trabajadores agrícolas estaban en la misma industria, mientras que alrededor de un cuarto de esos trabajadores se habían cambiado a la construcción y otros trabajos manuales con mejores salarios, según un estudio publicado en 2002 por el organismo federal que gestionaba la política de inmigración.
Sin embargo, otros trabajadores fueron menos propensos a trasladarse. Un tercio de los inmigrantes indocumentados que trabajaban en el sector de servicios o en empleos profesionales, gerenciales y técnicos permanecieron en su sector incluso después de naturalizarse.
Los economistas y políticos tienen perspectivas muy variadas sobre el impacto que la medida ejecutiva de Obama tendrá sobre el mercado laboral y la economía, y mucho depende de los detalles que presente.
Los simpatizantes de una reforma inmigratoria estiman que la concesión de un estatus legal incorporará a más trabajadores al sistema tributario y apuntalará los ingresos del gobierno, pero muchos críticos han dicho que abrumará los programas de prestaciones sociales y arrebatará los puestos de muchos trabajadores. Pueden señalar numerosos estudios contradictorios que respaldan ambas declaraciones.
Además, los pronósticos conflictivos han estado basados en los impactos proyectados de impuestos e ingresos de anteriores esfuerzos fallidos de transformar las normas de inmigración en 2006 y 2013, conclusiones que tienen poca relevancia a las medidas de la Casa Blanca.
La ley de 1986 ofrece los hallazgos más concretos, en parte debido a que fue la última vez en que una gran cantidad de trabajadores indocumentados obtuvo estatus legal e ingresó de inmediato a la fuerza laboral.
Para cuando los trabajadores fueron legalmente autorizados a principios de los 1990 bajo la ley de 1986, vieron aumentos salariales de entre 5% y 16%, comparado con lo que habrían ganado sin estatus legal, según los investigadores.
Sherrie Kossoudji, profesora adjunta en la escuela de trabajo social en la Universidad de Michigan, estudió el impacto de la ley de 1986 e indicó que llevó a muchos inmigrantes a buscar rápidamente mejores empleos.
Mencionó como ejemplo a los inmigrantes que trabajaban en cocinas de restaurantes, que habían sido incapaces de mudarse a puestos con mejor remuneración antes de que se aprobara la ley.
“Una vez que tienes documentos legales de trabajo, puedes avanzar al frente del restaurante”, dijo. “Puedes conseguir un mejor empleo si tienes un empleador que está pagando sueldos no aceptables. Tienes movilidad”.
En un nuevo cálculo del Instituto de Política de Migración, alrededor de 18% de los 8,2 millones de trabajadores indocumentados de 16 años o más trabaja en campos relacionados a la hotelería, 16% trabaja en la construcción, 12% en manufactura y 9% en puestos minoristas.
Randy Capps, director de investigación para programas de EE.UU. del Instituto de Política de Migración, dijo que algunos sectores podrían experimentar mayor competencia laboral que otros una vez que el programa de la Casa Blanca sea implementado. Muchos inmigrantes indocumentados recientemente se han alejado de los trabajos de manufactura y de empleadores como empacadoras de carne, por temor a redadas de las autoridades inmigratorias.
“La apertura de más oportunidades con un permiso de trabajo definitivamente resultaría en algo de competencia”, dijo, agregando que los empleadores tendrían una mayor oferta de trabajadores para escoger.
Los economistas sin embargo están divididos en cuanto a cómo será la competencia. George Borjas, economista laboral de la Universidad de Harvard, calculó en un estudio para el Centro de Estudios de Inmigración, el cual tiene una afiliación de derecha, que un aumento de 10% en un grupo laboral reduciría “el salario de los afroamericanos en ese grupo en alrededor de 2% y los hispanos nacidos en EE.UU. en hasta 4%”.
Lindsay Lowell, directora de estudios de política en el Instituto para el Estudio de Migración Internacional de la Universidad de Georgetown, predijo que los cambios económicos serán profundos para los que obtengan un estatus legal pero más insignificantes para otros y particularmente para la economía más amplia.
“Estamos hablando de alrededor de 2% a 3% de la fuerza laboral, y esta fuerza laboral tiene un promedio de nueve años de educación”, indicó. “Puede haber mucha hipérbole en ambos lados”.