por admin » Mar Feb 09, 2016 7:54 am
Las sorpresivas víctimas de la debacle del petróleo
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Photo: Christophe Vorlet
Por
Jason Zweig
lunes, 8 de febrero de 2016 16:31 EDT
La sangre correrá por los lugares más sorprendentes.
El colapso épico del precio del petróleo, que pasó de más de US$100 el barril a US$30 en menos de dos años, ha hundido a los inversionistas de los mercados de futuros, las sociedades de energía, los bonos de alto rendimiento de empresas y las acciones de compañías de hidrocarburos.
Otras víctimas han sido los inversionistas que han comprado bonos de corto plazo emitidos por los principales bancos del mundo.
En 2015, unidades de Bank of America Corp. , Citigroup, Credit Suisse Group AG , Goldman Sachs Group, J.P. Morgan Chase & Co., Morgan Stanley, UBS Group AG y otras importantes firmas financieras emitieron por lo menos 300 “notas estructuradas”, deuda de corto plazo cuyos retornos están vinculados con el precio del petróleo u otros activos relacionados con la energía. El total de estos valores es de al menos US$1.300 millones.
Entre los compradores figuran familias acaudaladas, inversionistas particulares, además de corredores y asesores financieros que quieren limitar los riesgos y amplificar los retornos de las inversiones más convencionales.
Estas notas, que a menudo vencen en dos años o menos, pagan comisiones de alrededor de 2% a las corredoras que las venden y utilizan enrevesadas combinaciones de contratos de opciones para distorsionar los cambios en los precios de la energía. Son muy rentables si la cotización del petróleo sube levemente, pero las pérdidas pueden ser onerosas si el precio del crudo se desploma. Y eso es lo que ha ocurrido.
“La gran mayoría está por debajo de su valor”, dice Joseph Halpern, presidente ejecutivo de Exceed Investments, una firma de Nueva York que se especializa en esta clase de inversiones. “En muchos casos se necesitaría un alza de entre 50% y 100% del precio actual del petróleo desde los niveles de hoy para recuperar la inversión inicial”.
A menudo estos instrumentos son bautizados con nombres atractivos como “Fénix”, “Más”, “Retorno Mejorado” o “Retorno Acelerado”.
Considere el caso de uno de estos valores de US$6,9 millones emitido por HSBC USA en mayo del año pasado y distribuido por Morgan Stanley Wealth Management. Vinculado con el precio de la acción del fondo que cotiza en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) Energy Select Sector SPDR, que incluye unas 40 empresas líderes de petróleo y gas, las notas vencen en septiembre de 2016 y prometen triplicar las alzas del precio bursátil del fondo, pero solamente hasta cierto punto.
Cuando se emitió la nota, el precio del ETF ascendía a US$78,37, una caída respecto de los más de US$100 que había alcanzado a mediados de 2014. Si el precio aumenta a US$82,54 para fines de agosto, apenas 5,33%, la nota triplicará esa cifra y pagará una ganancia de capital de 16% cuando venza el instrumento. Los inversionistas, no obstante, no pueden ganar más de 16%, aunque el precio del ETF siga en aumento.
Si, en cambio, el precio de la acción del ETF cae, quienes compraron la nota acumularán pérdidas dólar por dólar, sin límites.
No hay que perder de vista que la mayoría de estos instrumentos no vence sino hasta 2016 y los precios de los hidrocarburos y sus activos relacionados podrían repuntar para entonces, en cuyo caso las pérdidas transitorias desaparecerían o se convertirían en ganancias.
“Pero no se trata en realidad de una estrategia de inversión, sino de una apuesta a la dirección de los precios del petróleo”, dice Craig McCann, principal de Securities Litigation and Consulting Group, una firma de investigación de Fairfax, Virginia. “Y algunos de los riesgos y costos de esa apuesta son enmascarados por su complejidad”.
Además, la mayoría de estos valores no se transan en un mercado secundario, lo que quiere decir que en muchas ocasiones el banco emisor puede ser el único comprador. La nota de HSBC-Morgan Stanley, con un monto principal original de US$10, tenía un valor proyectado al vencimiento de US$7,23 a atraería una oferta de US$7,02 al jueves de la semana pasada, señala el portavoz de HSBC Rob Sherman.
Agrega que la firma trabaja con corredores y asesores para ofrecer inversiones que “abordan una amplia variedad de las necesidades y posturas de mercado de sus clientes”. Dice además que las notas incluyen “revelaciones robustas sobre los riesgos de la inversión”. El prospecto de emisión advierte que “los inversionistas podrían perder hasta 100%” de su inversión.
“Creemos que hacemos divulgaciones exhaustivas de los riesgos de estas emisiones”, dice James Wiggins, vocero de Morgan Stanley Wealth Management, “y están diseñadas para ser mantenidas hasta su vencimiento”.
De todos modos, estas notas, a diferencia de los bonos comunes y corrientes, no ofrecen casi ninguna garantía de que el inversionista recuperará su dinero cuando el instrumento venza. En este caso, la inversión inicial se recuperará solamente si las acciones de las empresas petroleras suben al menos 38% entre ahora y el final de agosto.
Muchas personas que pensaban que estaban comprando oro negro a precios de liquidación parecen tener en su lugar un agujero negro con una vía de escape muy limitada.
Si, por alguna razón, alguien cree que sabe cuándo se recuperará el precio del petróleo y la magnitud del repunte, puede comprar un ETF especializado en acciones de energía. Su portafolio de bonos es el lugar menos indicado para hacer apuestas.