por Fenix » Vie May 31, 2013 3:10 am
Resumen y opinión: Con una subida del Nikkei del +40% acumulada en 2013, Japón se ha convertido en la revelación del año. Ahora la pregunta es: ¿aguantará o se convertirá también en la decepción del año?
Nosotros pensamos que aguantará. El nuevo Primer Ministro, Shinzo Abe, cuenta con el apoyo y la determinación suficientes para dar un giro al país. Está poniendo en marcha una auténtica “revolución” económica, conocida como Abenomics. Así, ha instado al Banco de Japón (BoJ) a poner en práctica agresivas medidas de alivio cuantitativo y por otro lado, planea importantes reformas estructurales para relanzar el crecimiento del país y acabar con la deflación.
Por tanto, creemos que merece la pena seguir apostando por Japón. Nosotros incluimos la renta variable japonesa como preferencia de inversión en diciembre’12 y la seguimos manteniendo (EEUU continuaría en primer lugar). Ahora bien, hay que ser conscientes de que la volatilidad del mercado ha aumentado y que la caída de los bonos nipones plantea un riesgo.
Japón apenas ha crecido durante las dos últimas décadas y su tasa de inflación ha estado cayendo a lo largo de los últimos veinte años (ver gráficos PIB, IPC). Con este panorama, se había convertido en el ejemplo a no seguir. Todos los países desarrollados evitan sufrir una “japonización”, término de connotaciones negativas.
No obstante, algo podría estar cambiando. La población ha querido dar un giro al país y dio una amplia mayoría a Shinzo Abe en las elecciones del pasado mes de diciembre. Abe se niega a creer que los problemas de Japón sean estructurales (algunos sí lo son) y promete un cambio: relanzar el crecimiento del país y acabar con la deflación.
Así, el nuevo Primer Ministro ha puesto en marcha una política económica, bautizada como Abenomics, basada en tres pilares: expansión fiscal, política monetaria y reformas estructurales.
1.- Política fiscal
Con una deuda pública sobre PIB del 220%, Japón no tiene demasiado margen en este apartado. No obstante, al llegar al poder Abe anunció un gasto público extra de 10,3 billones de yenes (0,1 billones de dólares).
De cara al futuro, podría reducir el tipo impositivo de algunas empresas para favorecer las inversiones, mientras que planea subir el IVA de forma gradual desde el 5% al 10% en 2015 (8% en abril de 2014).
2.- Política monetaria
El nuevo Gobernador del Banco de Japón, Kuroda, no decepcionó en su primera reunión (3/4 de abril) y anunció agresivas medidas de política monetaria. Por un lado, cambió el objetivo de su política, que pasa a ser la base monetaria en lugar del tipo de interés overnight, y por otro lado, la entidad anunció que doblará su base monetaria en los próximos dos años. Esto se traduce en una inyección de liquidez de 1,3 billones de dólares, lo que supone aproximadamente el 28% del PIB japonés frente al 13% sobre el PIB de EEUU (2 billones de dólares) de los planes de compras de bonos (Quantitative Easing, QE) llevados a cabo por la Fed desde 2009.
3.- Reformas estructurales
Las reformas estructurales son claves para relanzar el crecimiento de una forma sostenible. En el caso de Japón han de ser profundas para compensar el envejecimiento de la población, ya que se estima que la fuerza laboral caerá a razón de -1% anual durante los próximos diez años. Para combatir este problema el Gobierno debe potenciar la participación laboral de las mujeres, más baja que en otros países en relación a la de los hombres. La tasa de actividad en Japón es del 70% en los hombres vs 48% en las mujeres, mientras que en EEUU es 73% y 60%, respectivamente. Esto podría lograrse con incentivos fiscales, ayudas para el cuidado de los hijos, etc.
En cualquier caso, el grueso de las reformas se centrará en la desregulación para aumentar la competencia en sectores como la agricultura y la energía. También se firmarán tratados de libre comercio para impulsar al sector industrial.
Por otro lado, podrían anunciarse reducciones en el impuesto de sociedades para impulsar la inversión.
Además, el Ejecutivo podría tratar de impulsar de nuevo la energía nuclear, así como las renovables, para frenar un déficit energético creciente.
Según ha anunciado el propio Abe, este plan de crecimiento se presentará antes de la reunión del G8 del próximo 17/18 de junio.
Con una aprobación del 70% en las últimas encuestas, el Gobierno de Abe cuenta con un gran apoyo popular que debería traducirse en una victoria del LPD en las próximas elecciones al Senado (en julio). Esto allanaría el camino para la aprobación parlamentaria de las reformas. Ahora bien, lo anterior podría complicarse dado que seguramente el Gobierno sufra presiones por parte de los lobbies para frenar el aumento de la competencia.
¿Funcionarán las Abenomics?
De momento sí están funcionando: la bolsa ha subido con fuerza, el PIB ha crecido más de lo previsto y el ánimo de los nipones está mejorando. Además, el BoJ está inundando de liquidez al mercado, liquidez que está suponiendo un importante flujo hacia los activos de riesgo a nivel global.
Todavía es pronto para saber si las Abenomics acabarán con la deflación pero lo que está claro es que han logrado una notable debilidad del yen, que se ha depreciado un 26% aprox. tanto frente al dólar como frente al euro desde noviembre’12. Esta depreciación conllevará efectos muy beneficiosos.
Históricamente, una caída del -1% en el yen frente al dólar se traduce en una subida del Nikkei del +1,9% (desde noviembre’12 esta relación ha sido algo superior: -26%/+56%). Según un estudio del diario de negocios Nihon Keizai Shimbun, cada caída de un yen en el tipo de cambio dólar/yen se traduce en un impacto de 2.700M$ extra en los beneficios de las 30 mayores empresas exportadoras del país. En el caso de Toyota, se estima que cada yen de depreciación supone un incremento del beneficio de 340M$. Así, el consenso de Bloomberg estima un incremento del beneficio por acción de las empresas del Nikkei de +35% este año, lo que provocará que el ratio PER se reduzca (pasaría del 26x actual a 19x), aumentando el atractivo de la bolsa nipona. Si suponemos que el PER volviera a su media histórica (27,3x en los últimos quince años sin tener en cuenta el período de la burbuja tecnológica), con un BPA estimado de 720 yenes, vemos que el Nikkei podría llegar a los 19.650 puntos, lo que supondría un +37% de revalorización adicional desde los niveles actuales.
Claro que estos beneficios serían a costa de los de las empresas de otros países. Por el momento, el G7 no se ha pronunciado en contra de la debilidad del yen, pero entendemos que todo tiene un límite. Así, aunque la depreciación del yen pueda continuar, debería hacerlo de una forma más pausada para no causar “malestar” entre otros países.
Por otro lado, el registro del PIB 1T’13 fue bastante fuerte. La economía se expandió +3,5% t/t anualizado, +0,9% t/t, en dicho trimestre, con un consumo privado que avanza de forma sólida (aporta 0,6 p.p. al crecimiento) así como la aportación del sector exterior (0,4 p.p.). Sin embargo, la inversión continuaba en descenso (-0,1 p.p.), signo de que las empresas no han modificado sus planes de expansión por el momento.
En relación a la inflación, ha estado cayendo en los últimos meses. El IPC general alcanzó +0,5% a/a en marzo’12 y desde entonces ha ido reduciéndose hasta situarse en -0,9% en marzo de este año. El IPC que excluye alimentos, menos volátil, ofrece un comportamiento similar. Aún así, de cara a los próximos meses, el IPC debería aumentar aunque sólo sea por el efecto del encarecimiento de las importaciones provocado por la debilidad del yen. Además, pensamos que se está consiguiendo provocar cierto incremento en las expectativas de inflación, lo que explicaría parte del repunte de los tipos de interés que se están produciendo.
Pero más importante que lo anterior, es el calado que está logrando Abe entre los japoneses. Hace unas semanas varios diarios europeos se hacían eco de la última moda en Japón: ropa interior inspirada en las Abenomics, grupos de música que cantan sobre el BoJ, vestimenta en función de la evolución del Nikkei…
Este optimismo está teniendo su reflejo en la economía, de forma que las ventas minoristas y los pedidos de bienes duraderos están aumentando, por ejemplo.
El lado negativo de las Abenomics es la alta volatilidad que está generando en los mercados, tanto en el de bonos como en la renta variable y en las divisas. La rentabilidad a diez años del bono soberano japonés pasó del 0,60% al 0,85% en cuestión de horas, el Nikkei registró su mayor caída desde Fukushima el jueves 23 de mayo y el yen está sufriendo unos vaivenes considerables.
En este sentido, creemos que el banco central debería hacer un esfuerzo para mejorar su estrategia de comunicación y depurar sus intervenciones en el mercado para tratar de reducir dicha volatilidad. En el caso de la deuda soberana, hay que recordar que el BoJ se hará con el 70% de las emisiones, por lo que tiene margen de maniobra para actuar.
¿Cuáles son los riesgos?
Después de que el Nikkei haya llegado a subir +75% desde noviembre del año pasado, parece difícil que las alzas sigan siendo tan fuertes y tan lineales. Como muestra de ello, las caídas bursátiles de los últimos días. En nuestra opinión, no se trata más que de una corrección por lo que seguimos apostando por Japón como idea de inversión.
Aún así, identificamos varios riesgos que pueden empañar el panorama nipón:
- Las reformas estructurales que se anuncian en junio podrían decepcionar.
- El aumento previsto en el IVA podría lastrar al consumo.
- Si la volatilidad de los mercados continúa, la mejora de la confianza se desvanecerá con el consiguiente efecto negativo en la economía real.
- La brusca caída en el precio de los bonos podría deteriorar la solvencia de los bancos japoneses por el impacto negativo en su cartera de bonos.
- El BoJ puede perder credibilidad si no se ven avances hacia el logro del objetivo de inflación del 2%.
- La comunidad internacional podría expresar su malestar por la depreciación del yen, provocando una apreciación de la divisa nipona.
Conclusión
En conjunto, pensamos que Japón está haciendo un verdadero esfuerzo por dejar atrás el estancamiento económico y la deflación. Podría fracasar en su intento (no sería la primera vez) pero creemos que, en esta ocasión, las Abenomics funcionan. Bankinter